29 sept 2012

El cartero siempre llama dos veces..(O de cómo me voy a convertir en el nuevo Oráculo)



Aunque parezca muy raro (bueno…si me habéis leído en otras entradas os imaginareis que de raro nada…) estos dos títulos tienen un punto en común, yo.
Para bien o para mal vuelvo a ser el nexo de dos historias distintas. Tan diferentes entre sí que cuesta ver lo que tienen en común (y hay mucho más de lo que se piensa).
Otra noche más sentada delante de la pantalla. Pensando ( no soy capaz de dejar de hacerlo) sobre todo lo que ha pasado en mi día. Y para tener 24 horas el jodido ha sido muy muy largo. Y nada productivo. O si, dependiendo de cómo se mire. Hoy he ganado algo que a la larga va a ser bueno. ¿Y qué es lo que gané?. No ha sido sabiduría, esta ya la tenía, simplemente he aprendido a ponerla en práctica. Me he dado cuenta de que soy más de lo que era, pero muchísimo menos de lo que seré. Me han enseñado que tengo unos límites y que no los voy a cruzar. Por nadie ni nada. He visto el futuro, como la Sibila de Delfos. Y este es tan jodido…que me apetece remangarme el vestido y echar a correr en dirección contraria. Pero no lo voy a hacer. ¿ Y porque? Porque el cartero siempre llama dos veces.
Ahora sí que ya estaréis flipando, en plan de con que se ha endrogado esta. Pues ha sido con una visión. Una visión de futuro. O de uno de los muchos futuros. Esta tarde mismo me decían que era súper pesimista, que tenía que ver el lado positivo y bla bla bla… Yo respondí que la teoría me la sé, de memoria, es más me podéis examinar de ella que saco un 10. Pero que ponerlo en práctica ya me costaba un poco más. Muchísimo. Yo soy más como el dicho de       `` Consejos vendo pero para mí no tengo´´. O algo así era. Y de repente me llegó (no la luz, esa está muy vista, ni el rayo…) me llegó la comprensión de todo lo que se me estaba diciendo y de lo que estaba diciendo yo. Y me di cuenta de que era verdad. Estoy intoxicada. Atrapada en unos sentimientos (tóxicos) del pasado que no me dejan avanzar. Atrapada en el tiempo. Vuelvo a repetir una y otra vez los mismos errores y lo peor es que los demás también lo hacen. Y claro, esto se convierte en la pescadilla que se muerde la cola (madre que refranera estoy hoy) unos y otros , por comodidad o por lo que sea, solo nos movemos en círculo, sin avanzar. Dejamos que las sensaciones del pasado se impliquen en el presente y que nos condicionen el futuro. Por eso el titulo de este texto. Porque la vida te lleva una carta en no muy buen estado, el cartero te pica y tú no lo respondes. Pero tranquila, que siempre llama dos, o tres, o hasta cuatro veces. Las que sean necesarias para armártela y decidir qué has tenido ya demasiada tranquilidad en tu vida. El cartero nunca te lo va a poner fácil, te picará hasta que se queme el timbre. Hará todo lo que sea necesario para que le abras el portal, y así, poder entregarte en mano (le gusta regodearse con tu cara) el sobre. Sobre que no te apetece coger, porque tu como buen Oráculo, sabes que lo único que va a hacer es darte por detrás y sin vaselina. Y pasa lo que tiene que pasar. Lo abres, lees la carta, lloras un poco (es bueno hacerlo) y la rompes. Lo haces porque esa sabiduría te ha hecho fuerte. Y entonces coges el teléfono y borras todo lo que tienes que borrar. Y continuas siendo una persona, puede que no completamente feliz (es imposible) pero si increíblemente completa.

29 jun 2012

Dos caras


``No sufráis niñas, no sufráis. Que el hombre es un farsante, un pie en la tierra otro en el mar. Jamás será constante….´´ (W. Shakespeare).
Gran frase de un gran escritor. Una persona que comprendía que los hombres tienen dos caras. Una es la ilusión. Ella busca comprenderte, encandilarte y un sinfín mas de tonterías que nos solemos tragar porque (igual) necesitamos creérnoslas. Y la otra es la falsedad. Con ella vienen las seudo mentiras. Y lo llamo así porque ellos en el fondo saben realmente que es lo que quieren. Aunque claro, tú les vienes genial para pasar el rato ( o para terminar de aclararse).
Hombres, lo siento (mentira cochina pero algo tengo que decir) hoy no os merecéis mi respeto más de lo que os podéis merecer las lagrimas que han sido derramadas por vuestra culpa durante años.  Os habéis ganado una bronca y de las monumentales. Espero, y un poco (no pido milagros) de que algo de lo que escriba os llegue y os remuerda la conciencia si la tenéis, claro está.  
¿En serio que os gusta aprovecharos así de las mujeres? No sé, pero no creo que demuestre mucha madurez y estabilidad mental que nos uséis de rebote, o de segundo plato, o de tercero. Ahora pongámonos más serios. ¿Cómo sois capaces de estar tan seguros de una cosa y a los cinco minutos de otra? En el fondo me dais la razón. Sois peor que niños, y digo peor porque conozco a niños de 5 años con las cosas más claras que vosotros.
Hoy me contaba una amiga (llamémosla L) una historia que me encabronó, porque por desgracia no es la primera vez que me la cuentan. Siempre es el mismo guión y ya me lo sé de memoria. Es muy sencilla. Chica conoce a chico. Se caen bien, muy bien. Se lo pasan bien juntos, se ríen etc..vamos que la cosa parece encaminada. Ella se ilusiona, hacía tiempo que no se divertía tanto con alguien. Y me lo dice. Yo como ya vengo de vuelta y media con estos temas la avisé:`` Acuérdate de que todos los hombres tienen dos caras, solo estás viendo la buena´´. Ella por supuesto no me hizo ni puñetero caso. Y siguió a delante con el tema. ¿Y a que no adivináis que paso? Venga…que se que podéis. Lo de siempre. El venía (como no) con la carga de su ex. Pero no detrás de él, sino literalmente encima de él. Aprisionándolo, aplastando todo su ser. Pero como es un buen mentiroso la engañó a ella. Ahora me diréis que se estaba engañando a si mismo pero…como que a las mujeres nos da igual. Así que pasó lo que tenía que pasar y lo que yo (por lo que se ve si soy buena pitonisa) sabía que iba a suceder. Que teniendo esa carga y contando esa mentira la cosa se iba a desmoronar en algún momento. Y lo hizo. Jodiendo a alguien que me importa. Ahora entramos en una parte que a mí, personalmente, me divierte mogollón. El momento de más mentiras. Cuando se descubren en la primera tienen que inventar más, porque piensan que de esta manera nos lo van a hacer más fácil. Tíos del mundo, no lo hagáis. Sabemos que somos mujeres increíbles y un larguísimo etc.. pero no nos lo intentéis colar de la que nos estáis largando. Eso está ya demasiado usado. Hasta a mi (y mira que tengo experiencia) me sorprende que sigáis con el mismo tema. Por favor, originalidad. Os doy yo ideas..pero cambiar de registro que ese huele.
Al final, yo acabé consolando a una amiga. Intentando explicarla que no, que un cerdo no merece tener entre sus pezuñas una rosa. Y que en algún momento aparecerá uno bueno (vale..esto no me lo creo ni yo, pero lo tenía que decir). Así que ya sabéis niñas ``¿Por qué sufrir? Dejadles ir i disfrutar la vida. Vuestros suspiros debéis convertir en cantos a la alegría´´

27 jun 2012

Te echo de menos


Dicen que algo se muere en el alma cuando un amigo se va. ¿Y cuándo se va algo más? ¿Qué se muere?. No sabría definirlo, solo sé que queda un vacio que no es fácil de llenar. Hay silencio, demasiado. Hay pena en el alma y en el fondo hay dolor.
Es de noche para variar. Una noche sin luna, sin estrellas que iluminen el cielo. Una noche vacía, carente de sentido. Una noche de esas en las que piensas que narices haces aquí. La música suena en mis oídos a través de los cascos. Estoy escuchando a Pablo Alborán. No sé porque, pero cuando me siento así necesito a este hombre. Me hace llorar y llorar de vez en cuando es bueno.
Y pienso, pienso en todo y en nada. Pienso en lo bueno y lo malo. Pienso en lo que he ganado y he perdido. Pienso en las promesas, las que me han hecho y las que me hice a mí misma. Y me debato entre la depresión y la alegría. Entre las lágrimas y las risas. Pienso y dudo de cuál va a ser el camino a tomar. Y cuanto más pienso, mas me doy cuenta de que en el fondo no estoy segura de que me guste ninguno de ellos.
Con el paso de los años ( y están siendo unos cuantos) me doy cuenta de que todas las decisiones que he tomado me han llevado a donde estoy.  Y pienso (claro está, sino no sería yo) si han sido buenas. Cuando pienso en mi familia o mis amigas me alegro de que sea este momento y que sea con ellas. Cuando pienso en mi parcela sentimental…no sé si cortarme las venas o dejármelas largas.  Por lo que me han contado se lleva la moda de dejarlas largas. Yo lo pongo en duda la verdad. Pero sobre todo pienso en el silencio. El que me rodea. El que ya no me susurra. El que hace que me sienta vacía. Ese silencio que ya no para el tiempo. Ese silencio que ya no me cuenta secretos y que se está haciendo eterno. Demasiado para mi gusto.
Y lo echo de menos. Echo de menos las manos, las caricias, las medias sonrisas. Esas promesas en mitad de la noche, noches en las que no estás pendiente del reloj. Y extraño (aunque no lo quiera reconocer) tus brazos. Si, esos que me daban mimos aunque me dijeses lo contrario. Porque al final de todo solo quedamos tu y yo para decidir. Decidir cuándo nos besamos, cuando nos queremos. Por esto, solo por todo eso…te echo de menos. Todo este tiempo.

29 mar 2012

Total eclipse of the heart

Como una niña pequeña que está perdida, así es como me siento. No sé lo que pienso en realidad. Tengo un batiburrillo en mi cabeza muy grande. Igual es que necesito ser rescatada, aunque no me guste.

Estoy escuchando ``Total eclipse of the heart´´ una canción perfecta para llorar y descargar lagrimas. Una canción idónea para pensar y pensar. Como dice la canción solo quiero que te des la vuelta y que veas que te necesito esta noche y todas las demás. Pienso hasta que me sale humo del cerebro y me doy cuenta de que aunque sea una princesa necesito que me rescaten de este dragón que es la soledad.

Muchas veces no amamos porque no es el momento, otras porque no es la persona. ¿Pero qué pasa cuando es el momento y la persona? ¿Qué haces? Negarlo, eso lo primero. Y cuando no puedes negar más la verdad (aunque tu mente grite que tengas más juicio) te das cuenta de que el corazón late y que te da igual llorar por alguien que no merece la pena. Y digo que no lo merece porque si no te corresponde no era la persona. ¿Pero quién es ``el´´? ¿Quién nos espera? ¿Hay alguien que nos complemente? Tantas dudas y tan pocas respuestas. Más bien ninguna. Estoy llegando a creer que nunca las tendré. Que nunca sabré responder a ellas. Me estoy dando cuenta de que igual no soy una persona a la que la vida vaya a responder.

¿Creéis en la soledad eterna? Yo llega un momento en el que sí. Más que creer en ella la vivo. Cada vez estoy más convencida de que no disfrutaré de las pequeñas cosas. Igual si vivo las grandes, igual el destino (este amigo cruel la mayoría de las veces) me tiene preparadas cosas enormes para hacer. Pero no lo sé. Este es mi problema. Y como no sé lo que me espera me preocupo. Le doy vueltas y vueltas hasta que ya no puedo marearlo mas (bueno…siempre se puede un poco más). Lo miro al derechas y al revés y nada, no consigo una respuesta, solo silencio. Y llego a la conclusión de que te necesito esta noche, no sé si mas, pero si esta.

Duele cuando solo puedes pensar, cuando no obtienes respuesta. Duele cuando te das cuenta de lo que nunca va a ser. Duele ver la realidad. Me duele la crueldad de lo que fuese que decidió que no iba a tener casi nada de lo que quiero. Lloras por lo que has perdido, pero sobre todo lloras por lo que sabes que no vas a tener. ¿Y qué me queda? No lo sé. Igual al final si tengo mucho, puede. Igual tengo lo que no quería o lo que no deseaba con tanta ansia. Igual tengo otro futuro distinto al que pensaba. Igual tengo tantas cosas….pero igual no tengo nada.

Y a esto a lo que nos tenemos que enfrentar día a día. A no esperar y a no tener. Porque la vida (al fin y al cabo) trata de eso, de las dudas. De poco saber y de mucho preguntar. Sé que de vez en cuando me enfado un poco y que tengo que salir y llorar. Sé que de vez en cuando me canso de oír el sonido de mis lágrimas. Pero sé que puedo llevarlo hasta el final. También se que al final de esta historia soy la única que me voy a rescatar. No existen ni príncipes ni espadas. Ni sueños. Sé que me voy a poner la corona, voy a levantar la cabeza y voy a seguir. Sé que algún día no llorare por no tener. Sé que voy a llorar por lo bueno que tenga.

23 nov 2011

Noche

Noche oscura, noche sin estrellas, al final todo comienza y termina con la noche. Una noche sin fin en la que te gustaría poder ver algún atisbo de sol. Algo que no está destinado a llegar, por lo menos de momento.

Al final todo lo que escribo empieza y acaba con una noche. Magníficas algunas, para enterrar otras, pero todas dignas de ser comentadas y escritas. Noches en vela infinita, inacabadas como mis poemas. Noches acompañadas de una cerveza que sonríe tristemente a mi lado. En fin, noches que no son de película romántica.

Estas noches son las que me hacen pensar, las que consiguen desenterrar los sentimientos, las que ven nacer las ideas. Momentos melancólicos que no han sido escritos, sensaciones ocultas en lo más profundo de la oscuridad. Noches lacrimógenas como su dueña. Pero también mágicas y llenas de esperanza.

Os preguntareis de que os voy a hablar hoy. Ni yo lo sé. Emulando a los grandes simplemente dejo mi pluma vagar por la página en blanco, esperando que cuente una historia. Puede ser de amor, de dolor, de amistad, de lágrimas o de todo a la vez. Será una historia inspirada en si misma. El comienzo de algo hermoso y el final del dolor.

Conversando con un conocido le pregunté que si ya no creía en el amor. Me contestó que no es que no creyese, el problema que tenía era que se había vuelto cínico. Y es verdad, nos volvemos así cuando dejamos de creer, cuando ya no tenemos esperanza. Y perdemos la inocencia, esa inocencia que conseguía lo que creíamos insuperable. La dejamos marchar y muchas veces alentamos a que se vaya cuando consideramos que todo está perdido. Y cuanto nos equivocamos. Ese es nuestro mayor error. Ya no esperamos nada de los demás. Damos por hecho que el resto del mundo es tan cínico como nosotros. Hay veces que acertamos, pero... ¿Cuántas nos equivocamos? Y solo por no creer. Si Campanilla (la de Peter Pan) se tuviese que nutrir de lo que pensamos del amor muchos ya la habríamos matado. Y nunca aplaudiríamos para que reviviese.

Eso es lo que me gusta y sorprende de los niños. Nunca pierden la esperanza. Ellos aplaudirían hasta dejarse las manos en carne viva, simplemente porque creen y porque conservan su inocencia. No han acabado con ella. Sigue viva en su interior.

En este punto me doy cuenta de las palabras que le dediqué a una persona: ``No dejaré que la inocencia que hay en mi muera´´. Que poco sabía en ese momento de la vida. No es que la dejara morir, peor, la aplasté con saña, disfrutando de cada momento. Ahora es cuanto me arrepiento y me pregunto si habrá alguna manera de recuperar aunque sea un poco. Si conseguiré que algo de ella vuelva a mí para poder creer y confiar en las personas. Para no dejar que Campanilla muera y aplaudir hasta que no sienta las palmas.

Y en ese momento es cuando miro a la noche y ella, sabia como ninguna, me susurra suavemente al oído que sí, que es posible volver a estar completa. Me dice que lo único que necesito es creer en mi misma, teniendo eso podré volver a confiar en los demás. Y le doy las gracias, le agradezco el empujoncito que me ha dado. Lo suficientemente suave como para no mancarme, pero fuerte para ponerme a caminar en la dirección correcta.