Llevo varios días pensando sobre que puedo escribir. Y no me decido. Por suerte (para mi y por desgracia para los que me quieren mal) mi vida está ultimamente muy tranquila. En todos los aspectos.
Mi familia está bien, mis amigos (en mayor o en menor grado) son felices, y con mi pareja estoy en el mejor momento. Pero...(siempre hay un pero) toda esta tranquilidad conlleva a que me aburra, y que me aburra consigue que cometa las mayores locuras (si es que lo que hace el aburrimiento). No soy una persona que sepa estar tranquila el 100% del tiempo. Necesito actividades, salir, mirar, hablar, bailar, estrellar algún coche...vamos, todas esas cosas que hacen las chicas normales (y no, no incluyo practicas raras con animales).
Entonces que sucede, que cargo contra las personas a las que quiero. Las exprimo, las incordio, me cabreo, me convierto en una niña caprichosa que no cesa de patalear etc...Vamos, es una situación en la que nadie consigue aguantarme. Y pasa lo que tiene que pasar, que me mandan a la mierda. Normal, si ni yo misma me aguanto.
Pero lo peor no es esto (todo siempre puede empeorar). Lo malo es que con tanto tiempo libre pienso y lo hago a lo grande y mal. En momentos así pierdo la Fe, y no en el ser humano (esa lo que sucede es que ni siquiera la encuentro) sino en mi. Le doy vueltas a todo, encuentro la puntilla a todas las situaciones y no las analizo bien. Al contrario, siempre me pongo en lo peor. Y ahí es cuando me deprimo y me doy al chocolate (al de comer eh??). Cuando mi estado anímico es tan bajo, no consigo ver toda la gama de colores. Donde antes estaba el arcoiris ahora solo se encuentra el negro, y si me animo mucho se puede acercar a gris. Recuerdo cosas pasadas, y pienso en el futuro. Lo peor es que ese futuro está a oscuras. No puedo ver en el. No se lo que me va a suceder y me acelero. Quiero desgranar todo y saber que es lo que va a pasar. Necesito estar preparada por si llega el dolor. Y claro, esto no puede ser, si fuera Aramis Fuster igual otro gallo me cantaría. Entonces la cago, y a lo grande. A mi no me sirve con romper un plato, yo necesito la vajilla entera. Lo que pasa es que muchas veces no es tan fácil de arreglar o de reponer.
Y cuando llegan estos momentos en lo que me digo a mi misma que no tengo futuro aparecen ell@s a mi lado. Gente que convive conmigo, que duerme, que sueña, que anhela y que ama. Personas como yo, que de vez en cuando pierden la Fe en ellos también. Gente que día a día supera todas las dificultades que esta cochina vida, a veces, decide poner delante nuestra para que tropecemos. Y esas personas me ayudan a pasar ese momento tan oscuro. Me dan palabras de aliento, me apoyan y me escuchan, me intentan comprender aunque no lo consigan del todo, pero sobre todo están ahí, en lo bueno y en lo malo.
Y para ell@s está escrito esta estrada. Gracias por estar ahí. Ni aunque viviera 1000 años podría agradeceros y devolveros la cuarta parte de lo que me dais. No hace falta que escriba nombres, sois mi familia, mis amigos y mi pareja.
Y aunque se que este blog trata principalmente de sexo, el escrito de hoy se lo quiero dedicar a ellos, porque se lo merece.
Un beso a todos.
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